La tragedia de la masculinidad en Jumy

Berlin, 11 de Agosto del 2025

Parte I.

Creo que optaré por algo así como una Diary Entry para esto.

Tengo un año y un poquito más estudiando de cerca a un chico que despertó lo que pocos han despertado en mí. Unas ganas incansables de su presencia. Unas ganas de que me pertenezca y me sacíe. Despertó también en mí llanto. Mucho de mis propias heridas. Así mismo como hizo de Shaman otras. 

Lo llamaremos Juju. Así era uno de los apodos que le quería poner. Parte de lo que a mí me parece una linda familia de 4, dónde creció siendo el mini hombre de la familia. Su hermana es psicóloga y por lo que entiendo, un poco muy buena en conferencias y eventos abiertos. Su mamá y su papá tienen una relación que parece que pasan en luna de miel cada 3 meses. El dice que eso es nuevo en ellos.

Comencé guardándolo en mi celular con tres emojis que eran los tres animalitos que me había dicho que eran sus favoritos. Yo comencé contándole mucho de mi activismo. Él y S o l i S u r (mi agrupación política) empezaron casi al mismo tiempo en mi vida. En la tarde S o l i S u r , en la noche él. El llegó ahí, justo cuando yo igual quería explorar mi sexualidad con personas de mi mismo género, cuando yo estaba decidiendo cambiar de hogar, cambiar mi entorno. 

El llenó muchos vacíos y me ilusione con él como si pudiera contar con él siempre en cada momento. Fue la primera persona a la que le verbalicé que le tengo sentimientos. 



El me respondió con un beso y con que le habían roto el corazón hace más de un año. Luego, el me dijo un día "du bist meine Freundin", mientras estábamos teniendo sexo. Yo, le tengo un trauma heavy a todo lo que es entrar con alguien en una relación. Pensé siempre que me iba a ser difícil sostenerla. Con el me sentí lista para hacerlo y ver que pasa. Pero no fue así. Les resumo un poco el tema de nuestra relación: me intenté lanzar y luego él se arrepintió de decir eso. Dice que quiere intentar la poligamia y que cree que no entra en lo que se espera de una monogamia. Estuvimos libres de conocer a quien queramos por un tiempo y tener algo con esas personas. Solo teníamos que avisar si eso pasaba. No pasó, ninguno de los dos la arriesgó. 

Recuerdo mucho que cuando todo empezó yo solo tenia como ganas de más de él. Fue el primer chico al que le escribí yo primero después de habernos visto. Yo escribí, el propuso un plan en su casa. El tenía una vida muy linda. Me veía en ella. Creo que ahí empezaron muchas de mis ilusiones. Me encanta que su estado social le permita fluir, tomar decisiones más a la ligera, plantearse metas super locas y que crea que pueden ser posibles. El va teniendo varias crisis de "a dónde va mi vida". Me gusta cómo las enfrenta.

Anyways, él se iba a ir a Canadá y eso en mí alimentó el hecho de que esto terminaría y que yo podía dar el todo de mí y luego nos quedaríamos ilusionados. Como la verdad ya me había pasado. Eran los finales que me gustaban. Que se queden en imposible.

No fue así. Creo que de él entendí lo que era la constancia en las relaciones. El llamar porque en ese momento tienes tiempo no se ligaba mucho a las ganas. Las ganas no son su motor principal y eso en mí revolvió mucho. Me intriga hasta puntos donde no se llegar sola. 

Él tiene sus metas, su futuro casi asegurado. Pero ahora después de que sobrevivimos a la relación a distancia... Ahora, que vivimos en la misma ciudad de nuevo. Después de casi 1 año sin verlo cada semana, me pregunta qué me parece si el datea otras personas. Y que no, que no tiene nada que ver con la relación que tenemos. 

Habla de cómo sus amigos tienen trabajos super estables, vidas casi completamente formadas, algunos se casan. Y que él no siente que es así o puede ser así. Está ahorita trabajando en una consultoría, donde de momento todo se le hace abstracto. Está yendo a eventos de sus amigos, habló de uno que trabaja en Ferrari y así. Dice que ahí habló con gente que tiene "problemas de verdad" en, por ejemplo, la bolsa de valores. El se interna últimamente en jugar Age of Empires con sus amigos por las noches. Y veo cómo está dejando algo de sí mismo de lado.

Creo que con él me enfrento a observar de cerca la tragedia de la masculinidad, un tipo de entrega racionada parte de una cultura que cuida la autonomía y vela por domar sus pasiones en base a la productividad. El guión actual dominante.

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